La secuencia parece extraída del guión de la mejor película posible. Con ventaja a favor, gracias al penal que Emiliano Martínez le había contenido al francés Kingsley Coman y el remate desviado de Aurélien Tchouaméni, Gonzalo Montiel fue a definir la serie y a sentenciar para siempre que el Mundial Qatar 2022 era para la Argentina.
Y entonces, comienza la acción. Porque una cámara toma de frente a Lionel Messi, que abrazado a Lautaro Martínez y Nicolás Otamendi mira un instante al cielo y dice algo que invita a dudar: ¿dice “Vamos Diego, daseló” o “Vamos Dios, daseló”?. La lectura de labios de ese video no despeja la incógnita, pero de todos modos le da un punto más de épica a un momento increíble. La invocación a Maradona o Dios rinde los frutos adecuados y el remate perfecto del lateral derecho infla por última vez la red del estadio Lusail.
La «plegaria» de Lionel Messi antes del penal de Gonzalo Montiel en la final del Mundial de Qatar
El partido y la final son historia. Pero la película sigue. Porque una cámara ubicada exactamente del otro lado registra qué hacen los jugadores apenas se dan cuenta de que ganaron. Mientras casi todos corren a abrazar a Montiel y a Dibu Martínez, Messi se arrodilla. El único que lo percibe es Leandro Paredes, que gira sobre su eje y es el primero que abraza al mejor del mundo. Lautaro Martínez, que estaba con ellos, se desprende y se va corriendo a buscar a Montiel.
“Siiiiii. ¡Somos campeones del mundo! Si, REY. Si, REY”, le dice el volante central. Luego se acercan Acuña y Otamendi, a sumarse al abrazo colectivo. Porque aún en el momento más importante de su carrera deportiva, el hombre tiene la lucidez de mantener sus brazos en cruz para que el abrazo sea lo más colectivo posible.