CDMX.-La Gran Muralla China es uno de los proyectos de construcción más grandes del mundo, aunque gran parte de ella está en ruinas o ha desaparecido. Sin embargo, sigue siendo una de las estructuras más notables y fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1987. La muralla se extiende de este a oeste desde la costa noreste de China hasta un punto en lo profundo de Asia Central y sigue las crestas de colinas y montañas a medida que serpentea hacia el interior del país. Alrededor del 70% de la muralla está construida con una serie de fortificaciones de piedra, ladrillo, tierra compactada, madera y otros materiales, mientras que aproximadamente una cuarta parte de su longitud está formada por barreras naturales, como ríos y cimas de montañas.
La Gran Muralla se construyó para reforzar la frontera norte de China y ha sido escenario de múltiples batallas y conflictos entre los chinos y otros pueblos, como los nómadas xiongnu durante la dinastía Qin, los Khitan en la dinastía Song y los mongoles durante la dinastía Ming. La muralla se desarrolló a partir de las distintas fortificaciones y castillos fronterizos de los distintos reinos chinos, y gran parte del sistema de fortificaciones data de los siglos VII al IV a.C. Los historiadores creen que las primeras secciones de la muralla se construyeron hace más de 3000 años.
Fue en el siglo III a.C. cuando Qin Shi Huang, el primer emperador de una China unida bajo la dinastía Qin, conectó varias de estas fortalezas defensivas existentes en un único sistema. Antes de eso, los reinos que formaban China estaban preocupados tanto por la amenaza de sus vecinos como por las invasiones o ataques de pueblos bárbaros.
Aunque la Gran Muralla China tiene un valor histórico y militar significativo, hoy en día su valor turístico es mayor, ya que recibe alrededor de 10 millones de turistas al año. El tramo más visitado del monumento está situado cerca de Pekín, en la Gran Muralla de Badaling.