CDMX.-El libro del Génesis en el Antiguo Testamento describe el origen del mundo según la tradición judeocristiana, y el Jardín del Edén es el lugar donde surge todo. Pero, con el avance de la ciencia, se acepta ampliamente que las escrituras bíblicas son construcciones cosmogónicas que daban una explicación trascendental a los fenómenos naturales y al paso del ser humano por el mundo.
Génesis significa «creación» o «nacimiento» y es el primer libro de la Biblia que describe cómo Dios creó el mundo en siete días. Este libro es una metáfora que explica cómo las cosas empezaron a existir y da cohesión a quienes se regían bajo este esquema religioso. Sin embargo, esta explicación ha sido refutada por la ciencia moderna, basada en datos y observación empírica.
No obstante, diversas investigaciones antropológicas sugieren que hubo una ubicación real que inspiró la creación del Jardín del Edén bíblico. Se sabe que la Fuente del Gihón se encuentra en Jerusalén, lo que para algunos académicos es evidencia de que ahí se encontraba el vergel original. Otros trabajos de investigación sugieren que la ubicación del Edén estaba en una planicie del norte de Irán, cerca de Tabirz, donde hay consistencias con los textos sagrados.
Narrativas similares a la del Edén se encuentran en registros sumerios que sugieren la idea de paraíso terrenal. Por siglos, académicos de diversos campos se han dedicado a establecer dónde se encontraba el Edén, intentando dar una descripción fiel de cómo era. Aunque esta ubicación real sigue siendo objeto de debate y especulación, lo que queda claro es que el Jardín del Edén ha dejado una huella en la cultura y la religión del mundo occidental.