CDMX.-La Atlántida es un tema recurrente en la cultura popular moderna, pero su origen se remonta al filósofo griego Platón, quien mencionó la isla en dos de sus diálogos socráticos en el siglo IV a.C. Según Platón, la Atlántida era una civilización ficticia que complementaba a la ciudad de Atenas. En la descripción de Platón, la Atlántida era un estado que cayó después de que sus líderes invadieran Grecia y fueron castigados por los dioses con desastres naturales que la hundieron en el mar y aniquilaron todo su poder. Aunque los diálogos de Platón contenían pistas de que la ciudad era imaginaria, la idea de la Atlántida ha alimentado la imaginación desde entonces, junto con afirmaciones de que era un lugar real cuyos restos contenían pruebas de una civilización superior perdida.
A lo largo de los siglos, la historia de la Atlántida resurgió en los escritos de filósofos cristianos y judíos, así como en obras especulativas de autores como Sir Francis Bacon, quien describió la Atlántida como una sociedad utópica en una remota isla del Pacífico. Algunos teóricos, como el sacerdote francés Charles de Bourbourg y el arqueólogo británico-americano Augustus Le Plongeon, intentaron encontrar la Atlántida en Yucatán, mientras que otros creían que estaba en el Mediterráneo, el Pacífico, el Atlántico e incluso en Escandinavia.
El arqueólogo e investigador Flint Dibble, sin embargo, sostiene que la Atlántida nunca fue un lugar real y que ni siquiera deberíamos buscarla. En los diálogos de Platón, la Atlántida se presenta como un antagonismo de la ciudad-estado de Atenas, pero ni siquiera las características geográficas de su descripción de Atenas concuerdan con el registro arqueológico. La ciudad ficticia tampoco aparece en obras de arte de la época de Platón, lo que indica que la Atlántida fue producto de la imaginación del filósofo y no una creencia popular generalizada. En resumen, la Atlántida es un mito creado por Platón para complementar su obra filosófica y no un lugar real que pueda ser encontrado a través de la arqueología o la búsqueda de reliquias históricas.