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lunes, diciembre 9, 2024

Los Nenúfares de Claude Monet: una inmortalización del impresionismo

Cultura y EntretenimientoLos Nenúfares de Claude Monet: una inmortalización del impresionismo

CDMX.-Las pinturas de los Nenúfares de Claude Monet se han convertido en una de las obras de arte más icónicas y representativas del impresionismo en todo el mundo. Realizada entre 1896 y 1926, esta serie de obras no solo capturó la belleza del estanque en la casa de Monet en Giverny, sino que se convirtió en un símbolo de esta corriente artística, a pesar de las críticas iniciales que recibió.

Los nenúfares, también conocidos como lirios de agua o ninfeas, son flores cuyo nombre proviene del griego «numphé», y según la antigua mitología, fueron atribuidas al nacimiento de una ninfa que murió de amor por Hércules. Esta flor inspiró a Monet para crear su serie más famosa, compuesta por alrededor de 250 pinturas realizadas a lo largo de 30 años.

Cuando Monet se mudó a Giverny en 1883, transformó la finca abandonada en un hermoso jardín lleno de flores y naturaleza. El estanque se convirtió en su lugar favorito para pintar, y fue allí donde importó nenúfares de Egipto y América del Sur, a pesar de las advertencias del ayuntamiento de Giverny sobre las plantas exóticas.

Monet quedó maravillado por la luz y los contrastes de los nenúfares en el agua, lo que lo llevó a iniciar la serie en 1896. Sus pinturas llevaban los límites del arte abstracto, utilizando trazos difusos y combinaciones de colores para capturar la atmósfera de la superficie acuática.

En la serie de los Nenúfares, Monet realizó dos tipos de composiciones. La primera, conocida como «Bassins aux Nymphéas», abarcaba las orillas del estanque y los puentes japoneses inspirados en la cultura japonesa. La segunda, llamada «Paysages d’eau», se enfocaba en los reflejos del agua cubiertos por las flores.

A pesar de que Monet enfrentó momentos difíciles durante la creación de esta serie, como la muerte de su hijo y el inicio de la Primera Guerra Mundial, decidió donar gran parte de ella al Estado como un símbolo del Día de la Victoria. Esta idea fue propuesta por el político Georges Clemenceau, amigo de Monet, quien convenció al artista de regalar más de 10 paneles decorativos.

Después de la muerte de Monet en 1926, Georges Clemenceau se encargó de montar la serie de acuerdo con los deseos del artista. Las obras se exhiben en el Museo de la Orangerie en París desde 1927, en dos salas en forma de elipse que permiten el paso libre de los visitantes y la entrada de luz natural, brindando una experiencia única al observarlas.

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