Porfirio Muñoz Ledo, influyente figura de la política mexicana, murió ayer a tan solo 14 días de cumplir 90 años. Con un amplio recorrido que abarcó roles de diplomático, líder partidista, legislador, Secretario de Estado y aspirante a la Presidencia, Muñoz Ledo nunca dejó de estar en el centro de la polémica. Él lo denominaba como «la libertad de la inteligencia».
Su papel en la fundación de la Corriente Democrática del PRI en 1987, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, marcó un hito en la vida política del país, siendo un paso crucial en la transición a la democracia en México. Su figura fue central en varios momentos claves de la política mexicana, desde entregar la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador en 2018 hasta distanciarse y convertirse en un crítico del mandatario.
Tras su deceso, el presidente López Obrador manifestó en redes sociales: «Lamento el fallecimiento de Muñoz Ledo, con quien por mucho tiempo tuve coincidencias. Las discrepancias recientes no borran los buenos y largos momentos de amistad y compañerismo; mucho menos su legado político».
A lo largo de su vida, Muñoz Ledo fue un feroz defensor de la libertad de la inteligencia, el debate y la polémica, teniendo siempre en su mira la evolución política de México. «El pensamiento nace con el nacimiento y se acaba con la muerte», solía afirmar.
Muñoz Ledo, a pesar de las complicaciones de salud de los últimos años, siempre mostró una resiliencia y actividad notables. Como militante y dirigente nacional del PRI, fundador y dirigente nacional del PRD, y fundador de Morena, su presencia fue una constante en el panorama político mexicano.
Su legado queda marcado por su lucha incansable por una nueva Constitución de la República, cambio que promovió en los últimos 25 años de su vida. A pesar de que esta reforma nunca logró ser aprobada, su esfuerzo en organizar mesas, debates y discusiones reflejan su profundo compromiso con la democracia y el progreso del país.
Muñoz Ledo deja tras de sí varios libros escritos, memorias de toda una vida dedicada a la política, y un gran vacío en la vida política de México, donde su figura insustituible de pensador y político será recordada.