El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó que el Gobierno refinanciará la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex). No detalló si esta acción se financiará con fondos públicos o si implicará la adquisición de más deuda.
López Obrador respondió afirmativamente cuando se le preguntó si el Gobierno federal asumiría la deuda de Pemex, enfatizando que la empresa petrolera es parte del Gobierno de la República.
El presidente criticó a los tecnócratas que, según él, querían dejar a Pemex en la ruina. Argumentó que Pemex es una empresa pública, y no debería tener que pagar tasas de interés más altas que las de la deuda soberana de Hacienda.
Durante su conferencia, López Obrador acusó al periódico REFORMA de estar en contra de Pemex, alegando que este medio de comunicación exageró el reciente derrame de crudo. El presidente aseguró que el periódico y sus patrocinadores preferirían que Pemex no existiera.
Refiriéndose al rescate financiero de Pemex, López Obrador no quiso proporcionar detalles sobre las condiciones, citando que cualquier declaración podría ser utilizada en su contra. Sin embargo, aseguró que se proporcionará «todo lo que se requiera», ya que su administración no ha endeudado al país.
El presidente afirmó que Pemex tiene finanzas sanas y acusó a la derecha de querer privatizar y destruir la empresa petrolera y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El director de Pemex, Octavio Romero, recientemente anunció que el Gobierno refinanciará la deuda de la empresa, ya que es más económico que recurrir directamente al mercado. Romero explicó que obtener un crédito cuesta al Gobierno un 5%, mientras que para Pemex representa un costo del 10 al 11%.
La calificación de los bonos de Pemex ha disminuido recientemente debido a los mayores riesgos crediticios. La preocupación se acrecienta debido al alto número de accidentes, incluyendo la explosión de la plataforma Nohoch A y el derrame de crudo en el campo Ek Balam.