Más allá de las actividades y eventos que han organizado investigadores y divulgadores científicos en el país, así como de las previsiones para que su observación no sea riesgosa, las condiciones ambientales serán fundamentales a la hora de ver cómo la Luna llegará a su punto más lejano, entre el Sol y la Tierra, formando un anillo de luz.
Javier Rodríguez, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, explica, en entrevista, que el 14 de octubre coincide con el desplazamiento del Frente Frío número 6 sobre el norte de México. Esto significa que se espera una nubosidad densa y bancos de niebla que harán difícil la observación en las zonas que recorrerá el Frente, específicamente, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Chiapas y en Papaloapan y el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, así como en dos regiones de Campeche: Palizada y San Francisco de Campeche.
De los tres Estados donde más alcance tendrá el eclipse, Campeche es el único en el que la nubosidad complicaría la observación. Lo cual se debe a que el paso del Frente Frío número 6 hace que las nubes alcancen una altura de hasta 12 kilómetros y genera precipitaciones.
Mientras que, en la Península de Yucatán, aunque el nublado será medio, el cielo estará despejado y permitirá condiciones favorables para la observación.
En la Ciudad de México el nublado también será medio (hasta 12 kilómetros de altura) y lo formarán gotas de agua y cristales de hielo, lo que significa que no habrá precipitaciones (lluvia) y que se podrá ver. Aun así, en el punto más alto del eclipse (11:00 am), el cielo estará más despejado.
Si bien, en el resto del país se espera un cielo no muy despejado, el eclipse será visible. Hay zonas, como el Valle de México, en las que la observación será posible por la mañana, mientras que entrada la tarde habrá lluvias.