Cada ves más mujeres optan por trabajar en la informalidad, todo con tal de salir adelante.
Ana Ramírez tiene cuatro años vendiendo sus productos casa por casa, vende productos para el hogar a través de catálogos, eso le da tiempo para llevar a su hijos a la escuela, hacer la comida y lo necesario en el hogar.
«Voy casa por casa entre mis vecinos ofreciendo los platos, vasos, todo para el hogar y es como, pues me hago el espacio para atender a mis hijos, pero tengo que vender para llevar el sustento a mi hogar, para comer», dijo.
Al mes gana poco, pero se complementa vendiendo tamales norteños, por lo que entre ambas ventas sale para el sustento.
Así como Ana, también hay más personas que venden elotes, pan, comida, entre otros para llevar el sustento a su familia.
De acuerdo al INEGI, al inicio de la pandemia, en el primer trimestre de 2020, la tasa de informalidad laboral de las mujeres era de 56.7 por ciento y cierre del segundo trimestre del mismo año presentó una disminución de 7.1 puntos porcentuales, lo que se tradujo en 3.5 millones de mujeres en esta condición, y al cuarto trimestre de 2022 el porcentaje de población femenina, ocupada de 15 años o más, que contaba con empleos de carácter informal, ascendió a 56.1 por ciento.
- El punto más alto de la desocupación femenina durante la pandemia se dio en el tercer trimestre de 2020, pero la reapertura gradual de las actividades ha reducido la desocupación mediante la recuperación de los puestos de trabajo.