Luego de una serie de observaciones por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos, el gobierno de México reiteró su compromiso de cumplir con el Tratado de Aguas de 1944, que establece la entrega de agua del Río Bravo a su vecino del norte. En conferencia de prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum explicó que las entregas se llevarán a cabo de forma gradual, tomando en cuenta las condiciones extremas de sequía que afectan a estados como Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila.
El acuerdo ha sido históricamente un punto de tensión entre ambos países, especialmente durante periodos de escasez. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) indicó que se están tomando medidas para asegurar el abastecimiento interno y al mismo tiempo cumplir con los compromisos internacionales, mediante presas, canales y manejo eficiente del recurso. Organizaciones agrícolas en el norte del país han manifestado su inquietud por la posible afectación al riego, pero el gobierno asegura que se buscará equilibrio entre el cumplimiento del tratado y la seguridad hídrica nacional.