Durante los Juegos Panamericanos Junior en Asunción 2025, pasó de ser aprendiz a maestra.
Ángela Ruiz, originaria de Saltillo, vivió un año transformador en su carrera como arquera. Durante los Juegos Panamericanos Junior en Asunción 2025, pasó de ser aprendiz a maestra, transmitiendo la confianza que su compañera Naomi Aguilar necesitaba para conquistar el oro en la final de tiro con arco recurvo.
Un año atrás, en los Juegos Olímpicos de París 2024, Ángela, con tan solo 19 años, recibió valiosos consejos de las experimentadas Alejandra Valencia y Paula Vázquez, quienes le enseñaron a no rendirse antes de tiempo.
“Le dije que disfrute, que se emocione, que viva, que se enoje, que si tiene que llorar que llore porque al final si no tenemos ninguna de esas emociones, pues para qué estamos aquí. Es lo que nos sirve para seguir creciendo, porque el deporte nos impulsa mucho en nuestra vida personal y como atletas nos hace más conscientes”, compartió Ángela sobre su experiencia.
El oro en tiro con arco: el triunfo de Naomi Aguilar y Ángela Ruiz
Además, comentó sobre las expectativas que México tiene sobre ella:
“Antes de venir ya se hablaba de las expectativas que tiene México sobre mí y no las puedo quitar o hacer a un lado. A mí me toca aprender a trabajar con ese nivel porque mientras más vaya avanzando, más voy disfrutando de la presión hasta que me haga su amiga, al punto de que la pueda llevar sin ningún problema.”
Por su parte, Naomi Aguilar tuvo un momento de titubeo en la final de tiro con arco recurvo al tirar un 6, pero supo reponerse y cerró con tiros de 9 y 10. Su sueño es seguir los pasos de Ángela y llegar a unos Juegos Olímpicos.
Adriana Castillo también dejó huella, logrando doble medalla en arco compuesto: oro junto a Máximo Méndez y plata a nivel individual. Para Adriana, la clave en su victoria sobre Estados Unidos fue la comunicación con su compañero.
Máximo Méndez, quien se colgó la medalla de plata individual y el oro en equipo junto a Adriana, expresó que su fe en Dios es su mayor fuente de inspiración al salir al campo, siempre con la esperanza de lograr buenos resultados, como la presea dorada.