Las asistentes, vestidas en tonos negro y rojo en alusión a “Dolce”, esperaban ansiosas la aparición de la “Jefa del Trap”
El Auditorio Nacional se llenó de luces rojas, cuernos de diablo y energía femenina con la presencia de la cantante argentina Cazzu.
Las asistentes, vestidas en tonos negro y rojo en alusión a “Dolce”, esperaban ansiosas la aparición de la “Jefa del Trap”.
“Te pedimos que si tomas videos o fotos sean sin flash, bienvenidos a Latinaje”, se escuchó decir con acento argentino antes de que las luces se apagaran.
Al ritmo de “Fábulas de Amor” de Luis Paredes, la multitud comenzó a corear: “¡Cazzu, Cazzu, Cazzu!”.
Cazzu triunfa en el Auditorio Nacional
La artista apareció en escena para abrir su espectáculo con “Odiame”, en una interpretación intensa, acompañada por una escenografía lúgubre y teatral.
Su atuendo —leotardo negro, tacones altos, uñas plateadas y mallas blancas— destacó mientras bailaba tango junto a sus bailarines en “Sobre mi tumba” y “Me tocó perder”.
El primer acto cerró con “Piénsame”, una interpretación melancólica que culminó cuando Cazzu salió por una puerta simbólica de la casa en ruinas de fondo, mientras la orquesta seguía tocando.
El segundo capítulo inició al revelarse el interior de la escenografía, ahora convertida en una casa viva. Vestida con un corset blanco brillante, Cazzu dramatizó una ruptura en “Mala suerte” y continuó con temas como “Engreído”, “Dolce”, “Jefa” y “Nena trampa”, encendiendo el ambiente con su teatralidad.
Entre luces rojas y humo en el escenario, la cantante tomó una bebida y, al ritmo de “Miedo” y “Toda/Loca”, protagonizó uno de los momentos más sensuales de la noche. Más tarde, desde la barra del escenario, brindó sola e interpretó “Ahora”, hasta que un grupo de hombres irrumpió para acompañarla en “Que disparen”.
Tras un breve cambio de vestuario, Cazzu saludó al público:
“Buenas noches, ¿Cómo la están pasando?”
Emocionada, añadió:
“Este es mi primer Auditorio Nacional. Toda mi vida trabajé para llevar mi música a todos lados, la última vez éramos muchos menos”.
El público la ovacionó mientras dedicaba “Inti” a los padres presentes, conmovida al escuchar el nombre de su hija coreado por los asistentes.
Luego, con naturalidad y cercanía, compartió un mensaje personal:
“Que lindo esto, me están transmitiendo paz. Lo que me gusta de los conciertos es que pueden ver la imperfección, se me sale aquí y que tiene mucha celulitis, que la gente que me critica por esas cosas, en realidad, yo las abrazo porque a mí me gusta ser imperfecta, ser como soy. A mí me gusta como son ustedes”.
También pidió detener el odio en redes sociales.
Más adelante sorprendió con un cover de Thalía, “No me enseñaste”, interpretado sin acento argentino y mostrando su rango vocal. Entre risas comentó:
“Fue difícil elegir qué canción cantar, elegí varías, pero solo les voy a cantar una porque si no nos van a sacar a patadas de aquí”.
El cierre fue vibrante. “Peliculeo”, “Nada”, “Tú y tú” y “Con otra” levantaron de sus asientos a todos los presentes. Cazzu, entre risas, bromeó sobre los rumores y sobre no querer despedirse.
Finalmente, cerró con “Menú degustación”, invitando al público a bailar.
“¿Quieren otra? Pero la advertencia es la siguiente, que nos vamos bailando”.
Así culminó una noche que mezcló teatralidad, sensualidad y una conexión sincera entre Cazzu y su público.