La vida de Félix revela cómo Brasil castigó al héroe que sí ganó.
Cuentan los especialistas que aquella Selección de Brasil que levantó la Copa del Mundo en México 1970 fue, para muchos, el mejor equipo que ha pisado una cancha. Aun así, dentro de ese grupo legendario hubo un jugador al que le llovieron cuestionamientos. El portero Félix Mieli Venerando, injustamente señalado como la pieza que “no encajaba” en el Brasil de Pelé (QEPD).
La prensa brasileña no fue la única en dudar de él. La percepción general exageró sus fallas y redujo el valor de sus atajadas decisivas. Incluso después del contundente 4-1 sobre Italia en aquella final de México 70. El veredicto popular fue durísimo. La frase que lo persiguió toda su vida lo resumió sin compasión:
“Brasil fue campeón del mundo a pesar de Félix”.
Su historia recordó la tragedia deportiva de Moacir Barbosa, el arquero culpado de la derrota ante Uruguay en 1950. Con el tiempo, Félix comparó su propia cruz con la de su compatriota y soltó una queja que llevaba años cargando:
“A Barbosa lo crucificaron en el 50 por perder el Mundial, a mí me mataron por ganarlo”.
Félix Mieli Venerando: Cerca de no ir al Mundial
Félix Mieli Venerando nació en São Paulo el 24 de diciembre de 1937. Debutó siendo muy joven con el modesto Atlético Juventus en 1951, y su llamado a la Selección de Brasil llegó muchos años después, ya en la década de los 60 rumbo al Mundial de México 70.

Su apodo, Papel, surgió por su físico delgado y su facilidad para elevarse en jugadas aéreas. Aun así, el técnico Joao Saldanha no confiaba en él. Tampoco quería llevar a Pelé, asegurando que el astro veía mal. Todo cambió cuando el Presidente de Brasil, Emílio Garrastazu Médici, exigió que Pelé fuera convocado. Con el cambio de entrenador llegó Mário Lobo Zagallo (QEPD), quien sí integró al delantero y también apostó por Félix, pese a todas las dudas.
Opacado por Banks
El 7 de junio de 1970, en Guadalajara, se jugó uno de los partidos más memorables de los Mundiales. Brasil contra Inglaterra en el Estadio Jalisco. Ese duelo quedó para siempre marcado por la famosa Atajada del Siglo del inglés Gordon Banks. El que desvió un remate de cabeza de Pelé con una reacción imposible.
Veintiún minutos después, Félix Mieli Venerando, protagonizó una acción muy similar. Pero casi nadie la recuerda. Bobby Charlton filtró un balón largo a Tommy Wright, quien envió un centro preciso para que Francis Lee conectara de palomita. Félix apareció con reflejos increíbles para rechazarlo y, antes de que Lee rematara de nuevo, se lanzó con valentía para quedarse con la pelota, recibiendo una patada en la cara. Años más tarde, el portero reclamó esa injusticia con palabras que aún duelen:
“Todo mundo habló de la atajada de Banks, fue enorme, es verdad, pero en ese partido hice una parecida y nadie se acuerda de mi intervención. Al contrario, critican que fui el portero del mejor Brasil de la historia”.
En la Final ante Italia, con Brasil ganando 1-0, una mala salida suya permitió a Roberto Boninsegna empatar el marcador. Ese gol inquietó a todo Brasil hasta que Gerson, Jairzinho y Carlos Alberto completaron la goleada. Sin embargo, para muchos aficionados sus errores pesaron más que sus aciertos. Y aunque Brasil ganó uno de los Mundiales más recordados, Félix cargó toda su vida —hasta su muerte en 2012— el peso de ser un campeón mundial incomprendido, un héroe al que su propio país nunca terminó de abrazar.
